Para un gato, el hogar es donde está el olor.
En la naturaleza, los gatos usan su aroma personal único para denotar territorios. Si un lugar huele a sí mismo, el gato sabe que está a salvo. Si huele a otro gato, existe la posibilidad de una pelea cuando ese gato regrese a su territorio. Estresante.
En un hogar, estos instintos permanecen. Todo en una casa de gatos tiene su aroma, y eso es extremadamente relajante. Si traes un objeto nuevo que huele a afuera, tu gato se siente obligado a cubrirlo con su propio olor. Para que pueda relajarse de nuevo.
Cuanto más fuerte huele un objeto a él, más reconfortante es. Es por eso que los gatos juegan favoritos con sus lugares para dormir. La razón por la que eligieron originalmente esa ubicación puede variar: tal vez se siente bien, tal vez la temperatura es correcta, tal vez fue al azar. Pero cuanto más a menudo se impregna su aroma, más a menudo quieren volver.
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Algunos gatos encuentran que el aroma de su familia es igual de relajante. Sabes que tu gato te ama si esto es cierto. En cuyo caso, podrían valorar cierto objeto porque huele a un ser querido.
Al final del día, los gatos son criaturas de hábito e independencia. Mueve el suéter, no el gato.