En general, los animales salvajes no son buenas mascotas, pero en este caso, tener un Dragón de Komodo como mascota puede estar a la altura de tener un hipopótamo como mascota.
Los komodos tienen muy, muy mala higiene dental, hasta el punto de que son venenosos. Los científicos han identificado unas 50 cepas bacterianas diferentes, al menos siete de las cuales son altamente tóxicas, en su saliva. Si la mordedura de Komodo no te mata, su baba mortal probablemente lo hará.
Sus modales en la mesa dejan un poco que desear. Los músculos de las mandíbulas y la garganta de Komodo le permiten abrirse increíblemente y tragar enormes trozos de carne a una velocidad asombrosa. Un Komodo adulto puede comer hasta el 80 por ciento de su propio peso corporal en una sola comida. ¿Puedes permitirte tanta carne?
Los komodos son caníbales. Los grandes comerán los más pequeños. Se sabe que los jóvenes Komodos ruedan en excremento para que otros dragones no los coman.
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El Komodo no es absolutamente “seguro” con ningún otro animal. Cualquier cosa de su tamaño o menor, intentará matar y comer. Y nunca deja de crecer. Entonces, una vez que llega a ser del tamaño del niño de su vecino … el niño se muda al territorio de “presa”. ¿Crees que estoy bromeando? Cuando tenía cinco años, estaba visitando un zoológico con mis padres y mirando los dragones de Komodo cuando de repente uno se despertó y se lanzó hacia mí. Gracias a Dios por el plexiglás de una pulgada de grosor. El Dragón literalmente rebotó, se estaba moviendo muy rápido.