Esto se remonta a Inglaterra en la década de 1700 cuando todos tenían carruajes tirados por caballos. Los aristócratas tendrían a los dálmatas corriendo al costado o justo detrás de los carruajes, y los perros defenderían a los caballos de otros perros o posibles fantasmas. Los dálmatas se convirtieron en un símbolo de estado en muy poco tiempo: cuantos más perros tengas corriendo con tu carruaje, mayor será tu estatus social.
Esta tendencia continuó cuando los bomberos usaron carruajes. Eran útiles en más de un sentido:
- Cuando sonó la alarma de incendio, los perros salieron corriendo y ladraron para decirle a los transeúntes que despejaran el camino.
- Los caballos tienen miedo al fuego, por lo que cuando el carruaje se acercara a las llamas, los perros distraerían a los caballos del peligro.
- Los perros protegerían las pertenencias de los bomberos mientras apagaban las llamas.
En la actualidad, los dálmatas son principalmente solo una mascota. En algunos casos, atrapan ratas o ratones que entran en la sala de bomberos, pero en su mayor parte son compañeros amigables.