Me mudé de Inglaterra a Tailandia hace tres años y no pude llevar a mis gatos, ya que ambos tenían problemas cardíacos, por lo que no era seguro volar. Ambos tienen la suerte de vivir con mi madre, que los ama mucho. Visito una o dos veces al año y con Indy es como si nunca hubiera estado fuera, él está de vuelta sentado en mí y durmiendo al final de mi cama. ¡Con Vince, es otra historia! Cuando me voy a casa al principio, se niega a reconocer mi existencia. Luego se sienta afuera de cualquier habitación, estoy maullando, así que salgo y luego huyo. Pero mi favorito es cuando puede ver que me estoy preparando para salir, él vendrá y se sentará en mi rodilla y me dará un ‘Sé que no me moverás mientras te estoy mostrando afecto’, que me hace perder muchas cosas! Todo está perdonado después de una semana y vuelve a su comportamiento normal de gato.
También hago skype a mamá una vez a la semana y ambos vienen y golpean la pantalla y tenemos una conversación, así que te recordarán y saludarán.
Este es Vince, ¡le gusta fingir que es un pastel!