Ciertamente.
Múltiples estudios de investigación han demostrado el efecto calmante de acariciar a un perro o un gato.
Al acariciar a su perro o gato, la hormona oxitocina (hormona feliz) se libera en cantidades similares en ambos casos, lo que desencadena sentimientos de felicidad, estrés y alivio de la depresión, así como un mayor sentimiento de confianza. El químico también juega un papel importante en la memoria social y ayuda a facilitar la unión de parejas, que es crucial para los humanos.
No solo esto, Los perros ayudan a reducir el estrés en niños con autismo . Según un estudio realizado por la Universidad de Montreal, las hormonas del estrés de un niño con un trastorno del espectro autista se reducen drásticamente cuando se vive con un perro de servicio entrenado.