Cada ser humano que camina por este planeta tiene problemas internos de ira y rabia enterrados dentro de ellos. Todos tenemos que lidiar con ellos. A menudo, cuando encontramos frustración o disgusto en la vida, queremos que alguien o algo arremetan y encuentren alivio de un tipo u otro. A veces es otra persona, a veces es un animal.
Dijiste que tenías sentimientos, pero no dijiste que realmente lastimaste a tu perro, lo que espero que no hayas hecho. Cuando tenga estos sentimientos, creo que sería prudente encontrar un amigo con quien hablar sobre ellos. Compartir con otra persona puede ayudarlo a comprender mejor estos sentimientos y darle un poco de alivio.
Tu perro no quiere nada más que amarte con todo su corazón y compartir la vida contigo. Un perro tiene la capacidad de perdonar y aceptar sin cesar. Realmente son criaturas hermosas y sorprendentes. Mire a los ojos de su perro profundo y largo. Pide muy poco de ti y está dispuesto a dar mucho a cambio. Dale un abrazo. Deja que te consuele. Te sorprenderá cuánto ese perro entiende tus heridas internas. Te sorprenderías.
Su amor por su perro y su capacidad de aceptar su amor pueden hacer maravillas para sanarlo y restaurarlo. La próxima vez que sienta esa necesidad, tómese el tiempo y abrace a su perro.