La ética no es en blanco y negro. La ética de castrar a las mascotas depende de su punto de vista.
Si crees en los derechos de los animales, que los animales deben tener autonomía corporal y ser libres de vivir sus vidas sin estar sujetos a la interferencia humana, el cautiverio o la restricción, entonces la esterilización es muy poco ética. Interferir en la vida reproductiva de otro individuo y someterlo a un procedimiento médico contra su voluntad sería atroz.
Si cree en el bienestar de los animales, que los animales deben ser atendidos adecuadamente para cuidar su salud y bienestar, pero que pueden ser propiedad de humanos y pueden ser mantenidos cautivos y retenidos por humanos de manera humana, entonces la esterilización es altamente ética. De hecho, no hacerlo sería poco ético desde ciertos puntos de vista.
Los perros no son inteligentes. No entienden las implicaciones de estar castrado, y viven vidas largas y felices sin sufrir por su capacidad perdida de reproducirse. No se puede comparar la reacción psicológica de una especie completamente inteligente con una que no lo es. Las especies casi inteligentes se encuentran en el límite. Koko la gorila puede estar triste porque no ha podido tener un bebé. Un perro nunca estará triste por eso, ni siquiera lo entenderá. Estas son situaciones completamente separadas desde una perspectiva ética.
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